Covadonga Villegas

abril 26, 2006

Covadonga Villegas nació en 1960 en el seno de una familia bien de Salamanca. Su infancia transcurrió sin muchas preocupaciones hasta que, a principios de los años 70, un hecho marcó su vida. Durante una revuelta estudiantil, un cóctel molotov causó un incendio en el palacete familiar. La policía, más ocupada en dar porrazos a los estudiantes, tardó mucho en avisar a los bomberos, por lo que el palacete quedó casi completamente destruido y, lo que es peor, los padres de Covadonga murieron en el incendio.

Tras el siniestro, la joven Covadonga recorrió las ruinas del que había sido su hogar y, para su sorpresa, empezó a tener imágenes de la tragedia. Así descubrió que era poseedora de un singular poder lo que, unido al trauma del incendio, la convirtió en una persona reclusiva y dedicada intensamente a las técnicas de combate, con o sin armas, para lo que su fuerte físico era una inestimable ayuda.

A partir de entonces vivió con unos tíos suyos hasta que alcanzó la mayoría de edad y, con ella, el acceso a la menguada herencia familiar, que le permitió al menos independizarse. Aprovechando su preparación, comenzó a trabajar como guardaespaldas, oficio que la llevó a ganarse una cierta reputación entre la alta sociedad, gracias entre otras cosas a ser una de las escasas mujeres en el negocio (lo que hacía que muchos padres tuvieran menos reparos a la hora de confiarle la seguridad de sus hijas) y a la refinada educación que había recibido y que garantizaba que sabría comportarse en las situaciones socialmente delicadas.
Fue durante el desarrollo de su trabajo cuando un ojeador la descubrió, curiosamente utilizando su otro poder mutante, la invisibilidad, al que ella siempre ha sacado menos partido. El ojeador trabajaba para Heracles y así fue como Villegas entró en contacto con la Organización.

Villegas siempre ha culpado a la inoperancia policial del incendio.  Ello la ha llevado a intentar ser una gran profesional en lo suyo y a valorar igualmente la profesionalidad en los demás.  Por ello tiende a congeniar con otras personas que poseen esa cualidad, especialmente si son compañeros de armas, aunque no necesariamente estén en su bando en ese momento.  Es esta responsabilidad en el trabajo y su identificación con el código moral de Heracles la que llevó a Julian Cuerva a nombrarla jefa del Equipo Foso, cargo que desempeña un tanto a regañadientes; no le gusta mandar a gente a la que considera igual de preparada que ella y, directamente, no le gusta trabajar con quien considera que no lo está.

Hello world!

abril 6, 2006

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